En muchas empresas pasa lo mismo:
cada semana alguien aparece con una idea “brillante”.
Un jefe propone una nueva funcionalidad.
Un cliente pide un cambio urgente.
Un compañero sugiere abrir un nuevo canal de venta.
La reacción natural es decir que sí.
Porque suena lógico, porque quieres caer bien, porque parece rápido.
Pero ahí empieza la trampa: proyectos sin foco, equipos saturados, tiempo perdido.
En Amazon, incluso los que no eran Product Managers aprendían a pensar como Product Manager.
No era un título, era una forma de decidir:
Define el problema → ¿qué estamos resolviendo de verdad?
Evalúa impacto → ¿cuánto mueve la aguja en cliente, ingresos o eficiencia?
No tiene que ser una medición perfecta: ¿es un cambio de x1 o de x10?
¿Afecta a todos o solo a la mitad?
¿Mueve mucho la aguja o apenas se nota?
Prioriza lo esencial → si decimos sí a esto, ¿a qué estamos diciendo no?
👉 Mini-matriz de priorización (úsala antes de aceptar algo):
Impacto | Esfuerzo | Decisión rápida |
|---|---|---|
Alto | Bajo | Hazlo ya |
Alto | Alto | Planifícalo |
Bajo | Bajo | Hazlo si sobra tiempo |
Bajo | Alto | Descártalo |
La próxima vez que alguien te proponga “una idea brillante”, no digas que sí en automático.
Piensa como Product Manager: define, evalúa, prioriza.
Un minuto de análisis puede ahorrarte meses de caos.
Hasta la próxima semana,
SD1 — Siempre Día 1
▸ Si te ha gustado este email, reenvíaselo a un amigo.
▸ Si te han reenviado este email y quieres recibir otros parecidos, visita siempredia1.com.
